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La hipercomunicación, como le llaman, o el exceso de comunicación imperante en nuestros días, al margen de ser molesto, sólo redunda en beneficio de las empresas de telecomunicación. Me atrevería a´firmar que el 90% de las llamadas telefónicas, o el 99% de las llamadas de celulares o mensajitos de texto son innecesarios.
Cuando me regalaron un celular, hace mucho tiempo, intenté rehusarlo. Pero el por entonces, y hasta ahora creciente fenómeno de comunicación de masas, terminó por someterme a sus designios. La utilización del celular no obstante duró hasta que cometí el craso error de no saber cortar a tiempo. Error al parecer muy común; cuento lo que me pasó: Por equivocar una tecla, terminé por llamar a un Nicolás B., en vez de a un Nicolás I. para organizar un partido y como no supe cortar a tiempo, me vi obligado a invitar al inhábil Nicolás B. para ser parte de nuestro equipo, con la consiguiente derrota.
Jamás de los jamases creí ser victima de esta incómoda práctica. Jamás hasta hoy. Lo que sigue es una recreación casi textual de lo que me acaba de acontecer:
Señora: ¿L***?
Yo: Sí
Señora: Hola L***, yo soy la mamá de Sebastián.
Yo: ¡Sebastián...?
(Silencio)
Señora: ¿Vos sos L*** el amigo de Matías?
Yo: ¿Matías V***?
Señora: Sí, jaja, me equivoqué, yo soy la mamá de Matías. ¿Cómo andás L*** tanto tiempo?
Yo: ¡Ah!, jaja. Bien... Y él cómo está.
Mamá de Matías V***: Bien, ¿Sabías que fue padre?
Yo: Emmm, sí. Jaja... Me mandó un mail con la foto y todo.
Mamá de M.V.: Sí, vive con su novia en Belgrano, está de contento, ya hace un mes que es papá.
Yo: Si, ¿no?
Mamá de M.V.: Si, jeje. Me acuerdo cuando venían acá, hace como cuatro años a estudiar y a jugar al truco.
Yo: Sí, hace mucho tiempo. ¡Cómo pasa el tiempo! Je.
Mamá de M.V.: Sí, y cómo cambian las cosas. Me acuerdo que vos eras el único que estudiaba de todos. ¿Ya terminaste ahí la universidad donde ibas?¿Seguís estudiando?
Yo: Emmm, sí, sí... Todavía estoy en eso, jaja...
Mamá de M.V.: ¿Y seguís trabajando ahí donde estabas?
Yo: Emmm, sí. Jajaaa...
Mamá de M.V.: ¡Ah, mirá que bien! ¿Y seguís de novio con esa chica que venía acá?
Yo: Emmm, no, jeje. Ése era Rodrigo
Mamá de M.V.: ¡Ahhh, no, vos sos L***! Sí
Yo: Emmm,y sí...
Mamá de M.V.: Vos habías sido el que le escribió un poema a la chica esa que cursaba con ustedes...
Yo: Jajajajajajaja... Más o menos. ¿¡Cómo se acuerda de eso!?
Mamá de M.V.: ¿y qué pasó?
Yo: Pero no era un poema, o sea... Era/
Mamá de M.V.: ¿No la volviste a ver?
Yo: Emmm, sí, no... Hace poco supe que tuvo una hija...
Mamá de M.V.: ¿ah, sí? ¡Cómo cambian las cosas! ¿no? Jajaja...
Yo: Sí señora, cambian mucho...
Mamá de M.V.: Bueno, ¡qué bien! Yo estaba llamando a un amigo de mi otro hijo para preguntarle si estaba ahí, y me equivoqué de L***.
Yo: ¡Ah! je...
Mamá de M.V.: Pero bueno, fue un gusto recordarlos. A ver cuándo llaman, o vienen de vuelta por acá ustedes.
Yo: Bueno señora, para mí también fue un gusto. Cuando necesite deprimirme la llamo ¿sí? Ahora la tengo que dejar, Me voy a suicidar y ahora vuelvo.
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